martes

Petita Vida - tesis




Este es mi proyecto final del ciclo superior de ilustración en La Massana, comandado bajo un capitán de mares mayores.

Todo empezó una tarde de verano que paseaba por Barcelona y me encontré con esta bonita portada (la cual me evocaba fuertemente una querida amiga). Entré en la tienda y ojeé el libro.


"El círculo de los mentirosos. Recopilación de cuentos filosóficos de alrededor del mundo." de Jean-Claude Carrière.
No tardé mucho en comprármelo y os lo recomiendo enormemente, esta edición de dos volúmenes es muy bonita y barata. Y para que os hagáis una idea, tiene pequeñas joyas como ésta:

"Un gran maestro de la tradición hasídica, Isaac Meir, era todavía un niño cuando alguien le dijo en broma:
-Te doy un florín si me dices dónde habita Dios.
-Y yo -contestó el niño- te doy dos florines si me dices dónde no habita."


Hay diversos koans:
-Maestro -pregunta un discípulo-, cuéntame el secreto de la vida.
-No puedo.
-¿Por qué?
-Porque es un secreto.
Y también incluye un amplio repertorio del delicioso Nasrudin Hodja, y extractos de libros como éste:
“Contempló con ternura la corriente, su transparencia verde, las líneas cristalinas de su misterioso dibujo. Vio surgir perlas brillantes desde el fondo y flotar quietas burbujas en la superfície, que reflejaba el azul del cielo. Con miles de ojos lo miraba a su vez el río: verdes, blancos, cristalinos, celestes. ¡Con qué fascinación y gratitud amó aquella agua! En su corazón oyó la voz, que había vuelto a despertar y le decía: “¡Ama estas aguas! ¡Quédate a su lado! ¡Aprende de ellas!” Sí: quería aprender de ellas, quería escucharlas. Quien lograra comprender aquellas aguas y sus misterios -así le pareció-, entendería también muchas otras cosas, muchos misterios, todos los misterios.
Pero de los misterios del río no vio más que uno ese día, un misterio que lo impresionó vivamente. Vio lo siguiente: aquella agua fluía y fluía sin cesar, y a la vez estaba siempre ahí, ¡era siempre la misma aunque se renovara a cada instante! ¿Quien podía entender ese misterio?”
Hermann Hesse, Siddharta


Con este libro me aficioné a los cuentos cortos y tardé poco en escribir una pequeña historia para mi tesis.
Tenía claro que no quería hacer una historia para un público objetivo, si no mas bien para contarla a cualquiera que quiera prestar atención, como cuando se contaban historias alrededor de un fuego, donde el más viejo entretenía a pequeños y grandes con historias frecuentemente bañadas de creencias, valores, memorias, etc.

Una vez con la historia clara, empecé a dibujar libremente e iba adaptando el guión para conseguir una animación fluida y sin diálogo.


Por esos entonces, casualmente vi por la tele un documental en el que aparecían John y Faith Hubley, una pareja estadounidense que animaban películas un tanto “diferentes” para ésos tiempos de la época dorada de Disney.
Ganaron incontables premios, incluyendo varios Oscar. Pero para que os voy a decir más, echadle un ojo vosotros mismos.

Ver el trabajo de los Hubley me llenó de alegría y unas ganas enormes de hacer lo que se me antojara, de pasármelo realmente bien. Así que me puse manos a la obra.


Una vez animado ya sólo quedaba ponerle música.
Para eso, hice ver que sabía escribir música y compuse cada escena pensando en tocar dos ukeleles con la fantástica Olga Capdevila.

2 comentarios: